La malagueña se convierte en la primera española en conseguir el título de este torneo. Impresionante mano a mano junto a la norteamericana Beth Allen en una jornada final para el recuerdo que entusiasmó al numeroso público asistente en el Aloha Golf Club de Marbella.
Azahara Muñoz ya forma parte de la historia del Andalucía Costa del Sol Open de España Femenino, un título históricamente esquivo que reposa desde esa edición de 2016 en su suelo hispano gracias a una actuación heroica y paciente, intrépida y sosegada, características contrapuestas que en esta ocasión fueron necesarias para superar a la norteamericana Beth Allen en una jornada final para el recuerdo.
La golfista malagueña, tremendamente emocionada tras la consecución de la gesta, con cientos de sentimientos a flor de piel relacionados con su familia, el esfuerzo y el tesón, ya inscribió recientemente en Río de Janeiro su nombre en la historia del golf español al convertirse en la primera mujer en golpear la bola en unos Juegos Olímpicos, un hito histórico que apuntala ahora con un triunfo tan esperado como deseado durante muchos, muchos años.
Como ya anunciara la propia malagueña desde que ambas adquiriesen una ventaja significativa con respecto al resto de sus rivales al término de la tercera jornada, Azahara Muñoz y Beth Allen establecieron desde el primer hoyo un duelo exclusivo, donde el resto de participantes ejercían un papel absolutamente secundario ante el protagonismo excelso de ambas jugadoras.
Nadie echó de menos la intervención de más golfistas en el desenlace del torneo porque ambas ofrecieron un espectáculo digno de elogio, un combate vehemente y ardoroso que empezó a tomar forma desde que las dos compartieran el tee de salida del hoyo 1.
Beth Allen, con un golpe de ventaja sobre su en la práctica única rival, realizó de inicio una propuesta tremendamente agresiva plasmada con dos birdies en los tres primeros hoyos, un carrusel de aciertos al que Azahara Muñoz, como pudo, contrarrestó por su parte con un birdie en el hoyo 3.
La malagueña, algo menos fina que en anteriores jornadas, con golpes de aproximación a bandera en general menos resolutivos que le obligaban a patear desde más lejos de lo deseado, se defendía sin embargo con pasión y entusiasmo ante el belicoso planteamiento de Beth Allen, otro birdie en el hoyo 7 que compensó un bogey en el 8 antes de superar de nuevo, en el 9, a la malagueña, punto del recorrido donde un putt decidido y valiente de la norteamericana, ejecutado incluso de manera temeraria, cuesta abajo, contrastó con una inoportuna y dolorosa corbata de la española.
La situación, con sólo 9 hoyos por delante y 3 de ventaja para la estadounidense, se tornaba lúgubre y tenebrosa, si bien Azahara Muñoz, todo casta y paciencia, guardaba en la recámara lo mejor de su amplio repertorio golfístico para regocijo de sus numerosísimos seguidores, auténtica legión de aliento y soporte que se puso especialmente de manifiesto cuando Beth Allen, en los hoyos 12 y 13, transformó su imperecedera consistencia en desconfianza y duda.
Una bola al agua en el 12 y un putt de 30 centímetros errado de forma increíble en el 13 alteraron su roqueña seguridad en favor de Azahara Muñoz, quien pasito a pasito, con contumaz templanza, dio alcance a la norteamericana en el hoyo 14.
La reacción, esperanzadora e ilusionante, se frenó sin embargo en seco al hoyo siguiente, una salida defectuosa de la española, a la derecha de la calle, que desembocó en bogey, nuevo drama de intensidad creciente que alcanzó un punto incluso más álgido cuando Azahara Muñoz, jaleada por su público, embocó desde 8 metros un impresionante putt en el hoyo 17 –“me pasó lo mismo, en el mismo punto, cuando gané el Open de Francia y me dije, si lo hiciste entonces, lo vas a hacer ahora”, relataba posteriormente entre sollozos de alegría la malagueña– que dejó a la norteamericana sin habla.
La historia, la historia del Open de España, la historia del golf femenino español, la historia de Azahara Muñoz, convergieron en un desenlace auténticamente dramático y sobrecogedor.
Beth Allen, asimismo con cuentas pendientes por saldar con este torneo –segunda en 2011 y tercera en 2014–, envío la bola al agua de salida en el último hoyo poco antes de que Azahara Muñoz, con un segundo golpe de aproximación esplendoroso, dictase la sentencia, la sentencia del Open de España, del golf femenino español y de la propia malagueña, protagonista indiscutible por segunda vez en apenas dos meses de los anales de este deporte.